Una de las cosas que aprendí haciendo el Camino de Santiago hace ya unos 10 años fue que lo más importante en la vida es tener objetivos, metas que alcanzar, sueños que hacer realidad... No importa lo difíciles que sean. Si tú tienes una meta, te levantarás cada mañana con eso en la mente y ya será suficiente para que tu vida tenga sentido. Así ocurrió durante los 9 días que estuvimos pedaleando de Roncesvalles a Santiago de Compostela por caminos de tierra, pasando momentos más o menos agradables, sin nada de valor encima, sin móvil, sin internet, sin ropa elegante y casi sin amigos... porque en el fondo, aunque vayas acompañado de gente, el Camino lo hace uno solo.  

Aquella vez logré mi objetivo: completar el Camino y obtener la Compostela, pero ¿qué hubiera pasado si no lo hubiera logrado? Absolutamente nada, porque el esfuerzo y la dedicación hubieran sido la misma y de la misma manera: poniendo todas mis energías y mi ilusión. De esa forma, difícilmente no se consiguen los objetivos, pero algunas veces habrá algún obstáculo insalvable o inconvenientes serios que te impidan llegar hasta donde te has propuesto, pero aún así seguro que habrás aprendido algo de ello y te sentirás bien contigo mismo porque, al menos, lo habrás intentado.

"Corre tras tus sueños...si no los alcanzas, al menos haces deporte"

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